La Química de las Buenas Conversaciones

Lograr un buen ambiente laboral no solo es una cuestión “cool”, “fashion” o “trendy”, es también una cuestión de productividad ya que una persona que se encuentra a gusto y alegre en un lugar va a trabajar con mucho más motivación y propósito, en otras palabras va a producir más. Según estudios hasta un 65% más.
difficult-conversations-resized-600-jpgSegún Judith E. Glaser, autora de varios  best-sellers y una autoridad a nivel mundial sobre Liderazgo, e Inteligencia Conversacional, las secuelas de un comentario o conversación negativa duran mucho más que los positivos. ¿Por qué?

El malestar por la crítica de un jefe, una discusión con un colega, un entredicho  con un amigo puede, en un segundo, echar por tierra un mes de elogios y armonía. Es más probable que nos acordemos e interioricemos por más tiempo que nos hayan tratado de haraganes, incompetentes o decepcionantes que si nos hayan dicho que somos talentosos, capaces y que se sienten orgullosos de nosotros.

Y es que la química juega un papel importante en este fenómeno. De cara a una crítica, un rechazo o temor, cuando nos sentimos marginados o ninguneados nuestro cuerpo produce un alto nivel de  cortisol, una hormona que neutraliza el centro de pensamiento de nuestro cerebro y activa la aversión al conflicto y las conductas de protección. Nos volvemos más reactivos y sensibles, y a menudo percibimos más negatividad de la que en realidad existe. Estos efectos pueden durar 26 horas o más, influenciando nuestros recuerdos y magnificando el impacto que estas tienen sobre nuestras futuras acciones.

good-conversationPor el contrario los comentarios positivos también producen una reacción química. Incentivan la producción de oxitocina, una hormona que nos hace sentir bien y que aumenta nuestra habilidad de comunicarnos, colaborar, ser más solidarios y confiar en los demás. Pero los efectos de la oxitocina son mucho menos duraderos que los del cortisol.

Esta “Química de la Conversación” es la razón por la cual todos – especialmente los gerentes –   debemos ser tan cuidadosos a la hora de interactuar. Aquellos comportamientos que incrementan el nivel de cortisol reducen nuestra habilidad de conectarnos con los demás. Contrariamente aquellas acciones que disparan la oxitocina aumentan nuestra capacidad de pensar empática, creativa y estratégicamente con los demás mejorando la colaboración e incrementando la productividad general.

 

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